RODOLFO MATÍNEZ TONO
Una
entidad que trasciende
Colombia como cualquier país en
vías de desarrollo había sido eminentemente exportador de materias primas e
importador de productos industriales o manufacturados. Por lo menos fue la
estructura económica que caracterizó al país durante todo el siglo XIX y una
gran parte del siglo XX.
Por efecto de acontecimientos
internacionales como la crisis económica de 1929 y la Segunda Guerra Mundial,
la situación de Colombia como país, cambia hacia una política de producción
interna basada en la sustitución de importaciones y el fomento a la inversión
extranjera para el desarrollo de la industria nacional.
En la segunda mitad del siglo XX se extiende en América Latina
un modelo productivo orientado a la sustitución de importaciones, en el que se
basó la industria instalada
El fomento del consumo interno de productos manufacturados cubiertos por
aranceles a la importación, la producción en serie de la industria textil y
metalúrgica, el desarrollo de empresas estatales y de servicios públicos,
contribuyeron a la existencia de una fuerza de trabajo con un determinado tipo
de calificaciones para la producción en masa.
El perfil de los trabajadores
correspondía a un proceso productivo que permitía una clara división y compartamentalización
del trabajo, una estructura jerárquica de las empresas, la producción en cadena
y la homogenización del producto. Naturalmente que el cambio y diversificación
en la producción, requería de una mano de obra con calificación técnica y
especializada. ¿cuáles fueron los primeros pasos dados en el país con el fin de
impartir capacitación técnica a la nueva mano de obra requerida por una
economía colombiana en expansión?
Temas como el aprendizaje,
la enseñanza industrial y la capacitación se mencionan por primera vez en la
legislación colombiana contemporánea en la Ley 143 de 1948. Para la década del
50 ya existen en el país una serie de Escuelas Técnicas dependientes de la
División de Educación Industrial y Comercial del Ministerio de Educación.
La deserción, sin embargo es
alta: los 48 centros existentes en 1957 tienen un total de 6.028 alumnos
inscritos de los cuales 642 terminaron sus estudios. En 1954, el Ministerio de
Trabajo crea el instituto de Capacitación Obrera, que comienza a funcionar en
1956, para beneplácito de las organizaciones de los Trabajadores
Colombianos. Con el tiempo estos esfuerzos resultan insuficientes.
El crecimiento industrial
demandaba anualmente la capacitación de 10.000 nuevos trabajadores, sin contar
con las necesidades de capacitación de mano de obra ya vinculada al trabajo.
No existía pues, para aquella época una planificación orgánica de la formación profesional que adecuará las posibilidades de capacitación a las necesidades reales del desarrollo económico. Más aún, no existía una legislación adecuada con respecto a la formación profesional.
No existía pues, para aquella época una planificación orgánica de la formación profesional que adecuará las posibilidades de capacitación a las necesidades reales del desarrollo económico. Más aún, no existía una legislación adecuada con respecto a la formación profesional.
El aprendizaje, por ejemplo no
contaba con normas claras como punto de referencia del Código Sustantivo del
Trabajo, la Ley 143 de 1948 y los reglamentos de trabajo eran ambiguos: no
estaban reglamentados, las condiciones que debe reunir el aprendiz, ni un
sistema metódico de capacitación, ni la duración y características del
aprendizaje, ni existía organismo alguno con recursos suficientes que orientara
y controlará la acción. Las instituciones entonces existentes, afrontaban el
crónico problema de la falta de recursos y de organización adecuada para suplir
las necesidades de este campo.
El SENA: una
necesidad
Dentro de este contexto tenemos
que situar el surgimiento del SENA en Colombia, que no sucede como consecuencia
de una concepción abstracta de la formación profesional, ni como un simple
impulso de la cooperación técnica internacional, ni del deseo subjetivo de los
empresarios y de los trabajadores por tener una escuela técnica.
Las condiciones objetivas que
hicieron posible la creación y estructuración del Servicio Nacional de
Aprendizaje, pueden fundamentalmente, reducirse a dos. Una hace referencia a
aspectos socio–económicos y la otra a elementos de orden institucional.
Por una parte, el SENA es una
respuesta al empuje del desarrollo económico y social que el país estaba
experimentando en la década de los años 50: proceso de industrialización con
base en la substitución de importaciones; proceso de urbanización por la
expansión industrial y la emigración hacia las ciudades de la población rural;
acumulación de capital por el alto ingreso de divisas, habida cuenta del
elevado del café en los mercados internacionales; y expansión del movimiento
sindical.
Por otra parte, el SENA surge
como producto de una necesidad sentida respecto de una mayor y mejor mano de
obra calificada, de lo cual fueron conscientes tanto los empresarios como los
obreros organizados, quienes, en su debido tiempo, contaron con asistencia
técnica internacional.
El Gobierno Nacional, los Gremios Empresariales, la OIT y las Organizaciones de los Trabajadores fueron las fuerzas vivas que al responder a una exigencia de mano de obra calificada en el país según las nuevas condiciones de desarrollo económico social, contribuyeron a crear, organizar e impulsar el Servicio Nacional de Aprendizaje - SENA.
El Gobierno Nacional, los Gremios Empresariales, la OIT y las Organizaciones de los Trabajadores fueron las fuerzas vivas que al responder a una exigencia de mano de obra calificada en el país según las nuevas condiciones de desarrollo económico social, contribuyeron a crear, organizar e impulsar el Servicio Nacional de Aprendizaje - SENA.
El SENA se creó por medio del
Decreto 118 de 1957, «Por el cual se decretan aumentos de salarios, se
establece el subsidio familiar y se crea el Servicio Nacional de Aprendizaje».
Razón por la cual, se añade un artículo adicional al Decreto que crea el
subsidio familiar en Colombia, especificando que el 5% sobre la nómina de
salarios que recaudarían las Cajas de Compensación Familiar de los patronos del
país, una quinta parte (1%) iría destinada a la creación y mantenimiento del
Servicio Nacional de Aprendizaje.
Posteriormente, mediante la Ley
58 de 1963 dicho monto se incrementó al 2%. Desde la fundación del SENA la
Iglesia Católica ha estado presente activamente en la historia de la
Institución; así consta en el Acta No. 01 de su Consejo Nacional, reunión en la
cual participó el Padre Héctor Jaramillo Duque –posteriormente Obispo- en
representación del Cardenal Crisanto Luque, Arzobispo de Bogotá. Igualmente han
estado presentes los Gremios de la producción, los Trabajadores y los
Campesinos.
Por etapas
Desde su creación la entidad ha tenido enfoques y coberturas que
en un proceso de desarrollo se pueden sintetizar así:
1957 a 1968: Cobertura restringida de sus acciones de formación, puesto que se
limitaba a atender al sector moderno de la economía, utilizando para sus
acciones solamente los centros fijos.
1969 a 1974: Se aumenta la cobertura de servicios con el incremento de alumnos
por grupo y la creación de los programas de promoción profesional popular:
urbana y rural.
1975 Se introducen nuevos métodos de formación con base en la
personalización, la desescolarización y participación comunitaria, entre
otros.
1980: Al iniciarse la década de los 80, se consolida una
población activa en la que el sector industrial y el empleo público tenían una
participación relevante y el sector informal incorporaba a los trabajadores que
no eran absorbidos por el sector moderno. Del lado de la educación, la
expansión de la matrícula en la educación básica y el modelo de educación
técnica/formación profesional intentaba adecuarse a esa realidad.
En consonancia con esto se inicia en el SENA la elaboración de
diseños para la implementación de la política técnico-pedagógica de formación
permanente, individualizada y modular, lo cual facilita el impulso al
desarrollo de estrategias tales como la formación en la empresa y la formación
a distancia.
1990: En la decada de los años 90 la crisis de la deuda externa,
la alta inflación en algunos países
y el estancamiento en la mayoría de ellos pusieron en cuestión la viabilidad
del modelo de desarrollo propuesto. El ajuste estructural modificó las
tendencias de empleo en el sector público y redujo la financiación de los
servicios prestados por el Estado, llevando en muchos casos a la privatización
de los mismos, reduciendo aún más la oferta de empleo en el sector público.
El contexto de la globalización de los mercados hizo que se
internacionalizara la producción y a la participación de varios países en un
mismo proceso productivo, incrementando la competencia entre empresas y varios
países.
1994 1994: Lo anterior condujo a la expedición de la Ley 119 de
1994, la institución se reestructura para desarrollar programas de formación
profesional que contribuyan al desarrollo social, económico y tecnológico del
país.
El final de siglo se caracterizó por una nueva organización del trabajo, donde
se enfatiza la producción flexible, las organizaciones más horizontales basadas
en unidades productivas responsables por los estándares de producción y calidad
que responden a una demanda diferenciada de productos y servicios. Para esto,
se requirieron nuevas y múltiples competencias en los trabajadores, así como
nuevos enfoques de gestión y formación del recurso humano.
2004: Los ajustes requeridos por la realidad económica
establecido han llevado a la expedición de los decretos 249 de 2004, por el
cual se modifica la estructura del Servicio Nacional de Aprendizaje SENA y el 250 de 2004, por el cual se adopta
la planta de personal del Servicio Nacional de Aprendizaje SENA.
Pero
la promulgación de este Decreto fue sólo la culminación de una tarea iniciada
cuatro años antes para lograr este objetivo y en la cual participaron muchos
actores, en especial los trabajadores organizados. En efecto, la Unión de
trabajadores de Colombia U.T.C. (Hoy desaparecida), reunió en la ciudad de
Medellín su V Congreso en febrero de 1954 y entre las conclusiones con las
cuales terminó dicho certamen se encuentra la de "solicitar al Gobierno
Nacional y a la Asociación Nacional de Industriales -ANDI- que se estudie la posibilidad
de hacer en el país un ensayo de escuelas industriales al estilo de las que
existen en el Brasil con el nombre de Servicio Nacional de Aprendizaje
Industrial - SENAI- para que impartiera formación profesional a los
trabajadores y a sus hijos". Allí mismo se solicitó el establecimiento del
Subsidio Familiar, pagado a través de Cajas de Compensación, que ya venía
rigiendo en varias empresas, administrado directamente por éstas, para lo cual
dedicaban el 5% del valor de sus nóminas.
En ese
Congreso estuvo presente el doctor Aurelio Caicedo Ayerbe, quien se desempeñaba
como Ministro de Trabajo, y quien recibió en el acto dichas conclusiones, las
que luego fueron entregadas por los dirigentes de la U.T.C. al General Rojas
Pinilla y al Doctor José Gutiérrez Gómez, presidente de la ANDI.
Como
respuesta del Gobierno a estas dos solicitudes de los trabajadores, se dictó el
Decreto 2920 de Octubre de 1954, creando el Instituto Nacional de Capacitación
Obrera, dependiendo del Ministerio del Trabajo y para dirigirlo nombró al
Doctor Rodolfo Martínez Tono, quien para ese entonces era funcionario del
Ministerio. Y no es que el Instituto hubiera fracasado como algunos quieren
presentarlo, ignorando que muchos trabajadores se beneficiaron de la
capacitación impartida por el Instituto hasta cuando fue liquidado para darle
paso al SENA, ya en el mandato de la Junta Militar.
Para
estimular el establecimiento del Subsidio Familiar, ya voluntariamente
establecido por algunas empresas por acuerdos en las convenciones colectivas de
Trabajo o por fallas arbitrarias, el Gobierno dictó el Decreto 180 de Febrero 1
de 1956. Para ese época el Ministro de Trabajo, quien influyó notoriamente para
que se dictaran estas disposiciones era el Doctor Castor Jaramillo Arrubla
(Q.E.P.D.).
Con la
caída del General Rojas Pinilla el 10 de Mayo de 1957, una Junta Militar asumió
el mando en forma transitoria, mientras se convocaba a elecciones. A esa Junta
Militar la U.T.C. le hizo entrega de un memorando en el cual se solicitaba:
1.
Garantía de la libertad
de Asociación.
2.
Extensión del
subsidio familiar a todo el territorio Colombiano y obligatoriedad de éste
tanto para trabajadores particulares como oficiales.
3.
Aumento general de
salarios.
4.
Conversión del
instituto de capacitación laboral en un instituto de capacitación técnica con
autonomía administrativa y patrimonio propio.
5.
Convocatoria de una
comisión tripartita para que estudiara los problemas sociales más urgentes.
Aceptada
la propuesta de la U.T.C. sobre una Comisión tripartita, ésta empezó a
funcionar bajo la presidencia de Ministro del Trabajo, Doctor Raimundo Emiliani
Román, quien acogió en forma entusiasta la idea de la creación del Subsidio
Familiar. Para atender esta obligación se disponía que las empresas destinaran
el 5% del valor de sus nóminas. Aprobada esta parte en la comisión tripartita,
los representantes de los empleadores solicitaron que se aplazara para una
próxima oportunidad la creación del SENA, con el fin de no gravar más la nómina
de las empresas. Ante la perspectiva de que el aplazamiento pudiera significar
el ahogamiento de la iniciativa, los representantes de los trabajadores
propusieron que del 5% ya aprobado para el Subsidio Familiar se destinara el 1%
para crear el SENA; la propuesta fue acogida por unanimidad y así vivió
inicialmente el SENA hasta 1963, cuando por medio de la ley 58 de Octubre 24 de
1963 se refinanció el SENA elevando el aporte para el subsidio familiar al 6%
del valor de las nóminas, del cual se destina el 2% para el SENA y el 4% para
el Subsidio Familiar.
Terminadas
las negociaciones entre el Gobierno, empleadores y trabajadores en la Comisión
tripartita, el Gobierno expidió el Decreto 118 del 21 de Junio de 1957
"por el cual se decreta aumentos de salarios, se establece el subsidio
familiar y se crea el Servicio Nacional de Aprendizaje -SENA-".
Desde
esa fecha esta Entidad viene prestando sus invaluables servicios al desarrollo
económico y social del País, formando la mano de obra para la industria, el
comercio y los servicios, y facilitando la promoción del trabajador Colombiano
a través de sus 20 Regionales, 4 seccionales y 138 centros de Formación
Profesional y está presente en 959 municipios del País y más de cinco millones
de compatriotas nuestros han tenido la oportunidad de capacitarse gratuitamente
en sus aulas.
Santa
Fé de Bogotá, D.C., Junio de 1997.
Cuando se
habla de Formación Profesional en Colombia, es necesario remontarnos al menos a
110 años de historia. Fue en septiembre
de 1890 cuando la comunidad de los Padres Salesianos llegó a Bogotá, y el 11 de
febrero del mismo año fundaron el Colegio León XIII de Artes y Oficios, para la
formación técnica de la juventud. Después de la Fundación del Colegio León XIII
de Artes y Oficios, vino la creación de doce escuelas técnicas y varios
institutos agrícolas para la capacitación de los trabajadores. Esa fue como la prehistoria del SENA durante
medio siglo.
La memoria de don Antonio Díaz García relata que la primera iniciativa sobre la creación de un instituto de formación profesional surgió durante el V Congreso de la Unión de Trabajadores de Colombia UTC celebrado en Medellín en febrero de 1954. La UTC tenía como asesores a los sacerdotes Jesuitas, padres Vicente Andrade Valderrama y Francisco Javier Mejía, quienes jugaron un papel fundamental en la etapa previa a la fundación del SENA.
Entre las
conclusiones de dicho certamen, se encuentran, primero, la de “solicitar al
Gobierno Nacional y a la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) que se
estudie la posibilidad de hacer en el país un ensayo de escuelas industriales
al estilo de las que existen en el Brasil con el nombre de Servicio Nacional de
Aprendizaje Industrial (SENAI), para que imparta formación profesional a los
trabajadores y a sus hijos”. Igualmente, se pidió el establecimiento del
subsidio familiar pagado por cajas de compensación.
Como
respuesta del Gobierno Nacional, fue promulgado el Decreto 2920 de octubre del
mismo año, creando el Instituto Nacional de Capacitación Obrera, dependiente
del Ministerio de Trabajo como director fue nombrado Rodolfo Martínez Tono,
quien para ese entonces era funcionario del Ministerio. Para estimular el
establecimiento del subsidio familiar en las empresas, en forma voluntaria i
por convenciones colectivas, se dictó el decreto 180 de febrero de 1956. En 1957, la UTC solicitó a la Junta Militar
de Gobierno la conversión del Instituto de Capacitación Obrera en un instituto
de capacitación técnica con autonomía administrativa y patrimonio propio. Ante la posibilidad de que esta iniciativa
quedara aplazada, los representantes de los trabajadores propusieron que del 5%
ya aprobado para el subsidio familiar, se destinara el 1% para crear el
SENA. Esta propuesta fue acogida en
el Decreto 118 del 21 de junio de 1957, firmado por Gabriel París como
presidente de la junta. Así surgió
inicialmente la Institución hasta 1963, cuando por medio de la Ley 58 se
refinanció el SENA, elevando el aporte para el subsidio familiar al 6% del
valor de las nóminas, del cual se destinaría el 2% para la institución y el 4%
para el subsidio familiar.
Desde 1957,
la entidad viene ofreciendo y ejecutando la formación profesional integral y
capacitando a los colombianos para la agricultura, la industria, el comercio y
los servicios, facilitando la promoción del trabajador colombiano a través de
sus Regionales, Seccionales y Centros de Formación Profesional. Desde la fundación del SENA, la Iglesia
Católica ha estado presente activamente en la historia de la Institución, así
consta en el Acta No. 01 de su Consejo nacional, reunión en la cual participó
el Padre Hector Jaramillo Duque, en representación del Cardenal Crisanto Luque,
Arzobispo de Bogotá. Por lo anterior, la
Iglesia cree tener derecho a una palabra original sobre la Formación
Profesional en Colombia. Lo contrario
seria dejarnos contagiar por la “enfermedad del olvido”.
Misión
El Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA)
se encarga de cumplir la función que le corresponde al Estado de invertir en el
desarrollo social y técnico de los trabajadores colombianos, ofreciendo y
ejecutando la Formación Profesional Integral gratuita, para la incorporación y
el desarrollo de las personas en actividades productivas que contribuyan al
desarrollo social, económico y tecnológico del país
Visión
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